Sabia elección… era el lugar idóneo y donde el sol calentaba con más intensidad aquella fría y despejada mañana berlinesa . No pude soportar mucho tiempo aquel banco incómodo, no por la piedra, sino por su diseño. Demasiado para mi espalda y también, porque no decirlo, porque aquella silenciosa figura parecía decirme, dejando colgar aquella enorme mano sobre el respaldo del asiento, que no era a mí a quien esperaba. Quizás se quedó de piedra esperando algún alumno del cercano Instituto Cervantes… La piedra es una frente donde los sueños gimen sin tener agua curva ni cipreses helados. La piedra es una espalda para llevar al tiempo con árboles de lágrimas y cintas y planetas... Porque la piedra coge simientes y nublados, esqueletos de alondras y lobos de penumbra; pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego, sino plazas y plazas y otras plazas si...