De paso…
Hotel Los Lebreros. Sevilla Nunca he conocido a los inquilinos de mi vida. no he sabido cuándo salen, cuándo entran, en qué estación desconocida descansan sus miserias. Hotel de las Letras. Madrid Las mujeres han salido de este cuerpo a portazos quejándose de mi tristeza, en algunas temporadas se han quejado de humedad de mucho frío, de algún extraño moho en la alacena. Hotel Alfonso XI. Sevilla Se marchan siempre sin pagar los inquilinos de mi vida y el patio queda nuevamente solo. Mi corazón deja de ser una posada de hambrientos que acoge a todos los pájaros que llegan del verano y aguardan a que regreses por tus cosas a este hotel de paso donde siempre es de noche. Hospedaje de paso ( Álbum de los adioses ) . Federico Díaz-Granados