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Mostrando entradas de diciembre, 2010

¿ Sueñas con escaleras… ?

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… Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente… Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. …Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordina

Navidad madrileña…

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Cortylandia es uno de los espectáculos callejeros más visitados por los niños en estas fechas. Este es el del edificio de Preciados en su entrada por la calle Maestro Victoria. Aunque muchos de los mayores nos arremolinamos en torno a las puertas de pastelerias como el Horno de la Santiaguesa en la calle Mayor o, en la Casa Mira, en la Carrera de San Jerónimo. Pero quizás una de los lugares más fotografiados esta navidad será el enorme arbol, 33 metros, diseñado por Agatha Ruiz de la Prada y que se ha colocado en la Puerta del Sol. Pero todos estos espectáculos callejeros, dulces y turrones, o luces multicolores no serían nada sin esa cantinela repetida y cansina de la lotería navideña con su ansiado Gordo.

Las velas no pueden rezar…

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…pero acompañan la plegaria. No sé donde leí esa frase, pero en aquella nave oscura de la Iglesia de Nuestra Señora se llenaban de significado. Este templo, en la ciudad belga de Brujas, mostraba una extraña dualidad. Luminosa, casi festiva, la nave donde se muestra la madonna y el niño de Miguel Angel. Oscura y casi solitaria la situada al otro costado de la nave central. Allí la llama de aquellas velas blancas recuperaban su sentido de purificación y protección espiritual, acompañando a unas humildes y apretadas estelas, centenarias muchas de ellas, donde se solicitaban y se agradecían, en su caso, los más diversos favores. Ya poco podían hacer para atraer la atención de los visitantes que, atraidos por la luz y la senda de los que le precedían, caminaban hacia la obra del maestro italiano.