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Mostrando entradas de octubre, 2012

Si las piedras respondieran...

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Los Tajos. Alcalá la Real (Jaén) Llamo a la puerta de una piedra. -Soy yo, déjame entrar. Quiero penetrar en tu interior, echar un vistazo, respirarte. -Vete -dice la piedra-. Estoy herméticamente cerrada. Incluso hecha añicos, sería añicos cerrados. Incluso hecha polvo, sería polvo cerrado.   Fuente de Pompeya -Soy de piedra –dice la piedra- Imposible perturbar mi seriedad. Vete, no tengo músculos risorios. Llamo a la puerta de una piedra. Soy yo, déjame entrar. Me han dicho que encierras salas enormes y vacías, nunca vistas y bellas en vano, mudas, donde nunca han retumbado los pasos de nadie. Confiésalo: ni tú misma lo sabías.   Palacio de los Pickman. Sevilla.   -Salas enormes y vacías –dice la piedra-. Pero no hay espacio disponible. Bellas, quizá, pero no para el gusto de tus limitados sentidos. Puedes verme pero nunca catarme. Mi superficie te da la cara, pero mi interior te vuelve la espalda.

Vámonos al mercado...

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Mercado de Bolhao. Oporto   Vámonos al mercado. Necesitamos un descanso. Estamos trabajando desde la aurora. No pensando ahora en nada, germinará en el fondo de la conciencia lo que necesitamos. El mercado nos ofrece pasto apacible para la vista. Tenemos aquí ya el concierto de los vivos colores. Nos encontramos ya entre la apretada multitud y nuestros oídos son asordados por los gritos de los vendedores. Nos llaman acá y allá con vehemencia, y sonreímos... Mercado Central. Budapest   Vayamos con calma. Observémoslo todo con detención y orden. Lo primero son las alcamonías, es decir, el azafrán, la pimienta, el clavo, el tomillo salsero, los vivaces cominos, los ajos. Sin las alcamonías no se puede hacer nada. Tendremos tiernas carnes y frescas verduras. Pero no nos servirán de nada. Escribe prosa el literato, prosa correcta, prosa castiza, y no vale nada esa prosa sin las alcamonías de la gracia, la intuición feliz, la ironía, el desdén o el

El libro de mi vida...

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Déjame observar junto al fuego y recordar mis dias Y  lo que vea puede ser un truco de la luz  Pero las páginas fulgurantes que turban mi vista  Son las del un libro que tengo miedo de escribir  Es el libro de mis días, es el libro de mi vida Introspección (2.012).  Satur Y está cortado como una fruta por la hoja de un cuchillo  Y todo lo que hay para ver  a medida que los capítulos se despliegan Revelan que hay algo de tristeza en toda vida Introspección (2012) Satur Hay promesas incumplidas y promesas cumplidas  Palabras duras que fueron dichas cuando debería haber llorado  Hay un capítulo de los secretos y las palabras que habrá que confesar Si pierdo todo lo que poseo Hay un capítulo sobre la pérdida y un fantasma que se niega a morir Hay un capítulo sobre el amor donde la tinta nunca se termina de secar Hay sentencias cumplidas en una prisión que construí a fuerza

Dias de lluvia...

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La lluvia tiene un vago secreto de ternura, algo de soñolencia resignada y amable, una música humilde se despierta con ella que hace vibrar el alma dormida del paisaje.       Es un besar azul que recibe la Tierra, el mito primitivo que vuelve a realizarse. El contacto ya frío de cielo y tierra viejos con una mansedumbre de atardecer constante.     Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena, tristeza resignada de cosa irrealizable, tengo en el horizonte un lucero encendido y el corazón me impide que corra a contemplarte. Lluvia. Federico García Lorca (1.898- 1.936)