Marionetas…

Si por un instante Dios se olvidara
de que soy una marioneta de trapo
y me regalara un trozo de vida,
posiblemente no diría todo lo que pienso,
pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Artista callejero. Paseo del Prado ( Madrid)

Andaría cuando los demás se detienen,
Despertaría cuando los demás duermen.
Escucharía cuando los demás hablan,
y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate.

Bar Poechenellekelder (Bruselas)

A los hombres les probaría cuán equivocados están,
al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen,
sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas,
pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

Bar Poechenellekelder (Bruselas)

A los viejos les enseñaría que la muerte
no llega con la vejez sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres
He aprendido que todo el mundo quiere vivir
en la cima de la montaña,
Sin saber que la verdadera felicidad está
en la forma de subir la escarpada… (Johny Welch)

Estos versos, a pesar de los años transcurridos, aún se le adjudican en infinidad de páginas web y presentaciones fotográficas a Gabriel García Márquez. A pesar de la difusión alcanzada y las veces que su nombre ha ido ligado a estas líneas, siempre ha despotricado de ellas, “…no podría escribir algo tan cursi…” comentan que ha llegado a decir.